UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




miércoles, 26 de noviembre de 2008

Torre Levante

C/Santiago Rusiñol, 24-26


Por Steve:
Partíamos Tim y yo de la estación de Paterna sin un objetivo fijo en mente, la tarde se fue planificando en el mismo metro. Fue así que, en primer lugar, decidimos hacer trasbordo en Àngel Guimerà y coger el primero que viniese, una vez dentro del metro que viajaba hacia Alboraia, decidimos bajar en la última parada dentro de Valencia; y al salir de la estación de Machado y ver que estábamos cerca del estadio del Levante, pensamos que sería una buena idea visitar una peña levantinista.
Y esa fué nuestra misión ese día: encontrar un bar con arraigado sentimiento futbolísitico, el escudo del Levante en las paredes y camareros valencianos de pura cepa (De estos que han sido criados en un campo de chufas).

No lejos del estadio teníamos una calle donde la mayoría de los negocios eran bares/cafeterías/restaurantes, pero no fue hasta el segundo bar visitado que encontramos lo más parecido a nuestro objetivo. No tenían un marcado acento valenciano pero por todo lo demás era tal cual lo que buscábamos.
Nada más entrar te encotrabas de lleno ante la barra, con el camarero al otro lado mirándote. La situación nos obligó a pedir 2 tercios(1'30) antes de sentarnos, y sin llegar a decir nada más nos pusieron furtivamente un platito de altramuces, todo un detalle (lástima que ni a Tim ni a mí nos gusten). Era un lugar familiar y acogedor en el que la mayoría de los clientes son conocidos por sus nombres. Uno de esos lugares a los que van los trabajadores y jubilados sólo por huir de su casa, mujer e hijos durante un par de horas más.
La cocina se ve desde la misma barra a través de una ventana, que también te permite oler y casi saborear en el aire lo que están cocinando. Y tanto es el apetito voraz capaz de crear esa hipnótica ventana que creo que no seré capaz de completar la crítica sin haber cenado allí. De modo que la dejaré con puntos suspensivos, con una segunda parte pendiente para cuando vuelva a ir, si es posible, durante un partido del Levante.

Cerveceria Millán


Calle Santo Domingo, Paterna)

Por Tim:

Una mañana de miércoles, Steve y yo encomiamos nuestros andares a un bar donde había estado un par de veces y que pide a gritos ser uno de mis habituales: La cervecería Millán, cerca del ambulatorio y del centro de la ciudad de Paterna en general. El primer apunte es que hacen unos bocatas grandes y cojonudos, la cocinera es una mujer mayor que como la mayoría de las abuelas (menos la mía) sabe cocinar. Steve y yo sabíamos que la San Miguel Nostrum había desaparecido del panorama cervecero, pero hemos descubierto que simplemente ha cambiado su nombre por el de San Miguel Selecta: 6'2% de alcohol a precio de cerveza normal, eso si: ha cambiado su envase con solera por uno gris con reminiscencias de la antigua Roma.

La concurrencia del bar entre los que me incluyo vimos un documental en el canal natura donde varios animales eran cazados por cocodrilos y los hombres, de canas en el pelo y seguramente jubilados, coreaban "la salamandra, ahí va la salamandra"

Un gran momento fue cuando salieron los ñus, que eran cazados por los cocodrilos cuando cruzaban el rió. Pero es que les tenían que poner un puente a los pobres animales! - decía uno. Mira mira! ya están ahí los cabrones a ver lo que pillan! - decía uno refiriéndose a los buitres.
Ese? ese no me vale - decía una hiena al ver que el ñu que creía muerto le perseguía con los cuernos.

Ya ha llegao el león! A-Dios!

Un bar con tragaperras (signo distintivo de buen bar), porra de navidad y buen ambiente, perfecto para echarse la birra de antes de comer, y lo que se tercie. Un 9 bien gordo para esta cervecería que no podéis dejar de conocer.

martes, 18 de noviembre de 2008

Cervecería Kassel (C/ De Ruzafa, 54)

Por Steve:


Cuando J.V. me dijo que le gustaría entrar ahí, yo no reparé en que era un bar hasta que vi que en el letrero de neón decía 'Cervecería Kassel', hasta entonces más bien me parecía un SexShop. Una semana más tarde, ante la frustración de no encontrar nada parecido a una cervecería entre esas confusas calles, optamos por meternos.

Era un local más amplio de lo que se pueda apreciar desde fuera, con bonitos cuadros y fotos colgados de las paredes. Del camarero no puedo mencionar gran cosa porque apenas lo recuerdo, no porque yo fuese bebido, que no era el caso, sino porque él era completamente inexpresivo. De hecho cuando trato de recordar su cara me viene a la mente uno de esos muñecos que utilizan para probar los resultados de los accidentes (creo que se llaman dummys). No quiero ser duro ni ofensivo, es posible que sencillamente el 'dummy' tuviera un mal día, como también es más que probable que vaya cambiando mi opinión a mejor a medida que frecuentemos el bar.
Lo que sí debo comentar es un detalle muy a tener en cuenta a la hora de criticar un local: los cacahuetes. Como es común, James siempre pide un platito al tiempo que pedimos las cervezas, en aquella cafetería no solo te ponían de esos cacahuetes tostaditos que te recuerdan a los caseros que te hacía tu abuela en el pueblo, sino que además estos iban acompañados de unas saladas, peladas, adictivas y ricas almendras. Esto ya sería una sobrada razón para calificar al bar con buena nota, pero aún hay más. Para empezar mantiene el precio estándar de la ciudad de Valencia a pesar de la zona en la que se halla. 1'50 te costará el tercio de Mahou, a no ser que lleves una mandolina encima, entonces es posible que te cobren menos (caso de Tim). Pero recuerden, debe ser una mandolina, ni ukeleles ni banjos ni laudes ni mucho menos guitarras, una mandolina.

La foto es bastante significativa, en pocos lugares te puedes sentar encima de una mesa a desarrollar tu talento musical con público y todo.

Bar Jesus

C/ Santa Teresa, 8


Por Tim:


Era un dia en que, tras intentar ligar infructuosamente en la universidad de Velluters (si, ya se que no es una universidad en propia regla, pero la conocemos con ese nombre) Steve y yo decidimos guarecernos de la lluvia bebiendonos una cerveza barata (tampoco llovia tanto). Preguntamos a una chica por un bar, pero cuando lo encontramos resulto ser demasiado moderno como para que nos dejasen entrar, asi que seguimos nuestro camino y dimos con el Bar Jesus. Es un sitio que ya conocia, es el lugar genial para comprar tabaco pasada la una de la noche (y no tener k pegarte de ostias para hacerlo en el Turmix o algun garito por el estilo), y la cerveza esta a precio estandar Valencia: 1'40 (chicos de galicia y andalucia, no sabeis la suerte que teneis).
Recuerdo que en el Diario de Patricia estaban sacando a un chico que era virgen con no se cuantos años (pues tampoco eran tantos!) y le habian concertado una cita con una chica que no estaba mal, y estaba totalmente televisada y el chaval iba de traje y cenaban en un restaurante caro, y nos reiamos de ello con el hombre del bar, pensando en si iban a filmar tambien la puesta de las banderillas.
Es un lugar que suele llenarse de gente mayor, signo infalible de que un bar es un buen bar. No se porque las chicas no lo entienden.

Restaurante Felisano

Calle Pelayo nº13





Por Tim:

Este es un sitio donde me va a costar ser imparcial y critico. Un lugar que alberga muchas historias para estos chicos de la foto, y la mayoria de ellas tienen en comun al menos dos cosas: Fideos y Cerveza. No puede valorarse como un bar corriente: Un lugar que, como el resto de locales de la calle Pelayo está regido por unos chicos chinos, y puedes comprar fideos de sobre desde 0'60 centimos. La gracia es que por un euro mas te los hacen en el mismo local, y te los puedes comer alli, calentitos, picantes, y lo mejor es que cada vez que te tiras un erupto te viene el sabor y recuerdas lo cojonudos que estaban cuando te los comias. Ya sabeis, chicos, hay que evitar el retener liquidos, asi que ¿que mejor que una sopa? Tambien tienen variedad de comidas orientales de las cuales os recomiendo todas, menos la bola de arroz: No sabe a nada y la textura es de plastelina.
La cerveza esta a precio razonable aunque la subida de precios no perdona: 1'40 el bote y 3'00 la litrona. Aunque cuesta de encontrar, tiene báter, y sus dos unicas mesas alargadas promueven el sentarte con desconocidos y conocer gente. Huelga decir que los unicos no orientales que suelen frecuentar el sitio somos nosotros y los quinceañeros frikis que salen del Imagenes Comic.
Todo esto y mas lo hacen un lugar imprescindible en mi bar-o-teca particular, y ahora que viene el invierno resalta mucho mas por su calidez innata. Unica pega: No se puede fumar. Nada mas que decir, espero que nos veamos por alli algun dia.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Cafenet (C/ Actriz Encarna Mañez, 3)

Por Steve:


Esta crítica estaba destinada a Tim, pero se enamoró repentinamente de la camarera (por una vez comparto su gusto) y no se mostraría imparcial al escribirla, de modo que seré yo quien la narre.

Al salir de Tarongers nos dirigimos al Cedro, no con intención de tomar unas birras sino de acompañar a Tim a echar curriculums. Me llamó en la puerta de uno de los bares en los que entró, un anuncio que decía "quinto y tapa 1'50", acabábamos de comer pero no pudimos resistirnos a entrar, y una vez dentro y después de saber que la oferta de las tapas era solo los Miércoles, tampoco supimos, ni Tim ni Spectrum ni yo, decirle a aquella adorable muchacha que había tras la barra que no queríamos nada.

-¿Cuánto cuesta esta cerveza tan grande y extraña? -le dije

-3'50. Es de trigo

-mmm...¿y esa más pequeña que está en una botella de jarabe?

-3'50 también. Pero no sé cómo es porque no bebo cerveza

-uhhhh...(murmullo de disgusto entre los allí presentes)

Terminamos pidiéndonos una Mahou 5 estrellas (2€) cada uno, nos hicimos un hueco entre las mesas de unas jóvenes que jugaban al parchís y otras que lo hacían a los dardos, debajo de un televisor en el cual podía verse el programa "Qué vida más triste". Las normas no escritas del crítico de bares dicen que no más de una cerveza en cada bar, pero rompimos esta regla cuando descubrimos el ajedrez y vimos que se animaba el local. A medida que iba oscureciendo iba subiendo el volumen de la música y bajando el de la TV, del mismo modo que se colmaba poco a poco de todo tipo de gente joven. De modo que ahí seguimos, batiéndonos en duelo entre nosotros al tiempo que escuchábamos canciones de Iggy Pop y cosas por el estilo.En resumen, música y gente para todos los gustos, cerveza no excesivamente cara (Se me olvidaba decir que la jarra de cerveza cuesta 2'50) y juegos de mesa.
No es un gran descubrimiento porque ya era un lugar conocido pero desde luego es un lugar que no importaría frecuentar.

Universitat dels Tarongers

Avenida dels Tarongers

Por Tim:


En la entrada anterior ya hablábamos de centros educativos, y, aunque en el equipo de redacción no se halla ningún universitario: ahora llega el momento de hablar de un sitio al cual le guardo un gran cariño: Las Facultades naranjas de Tarongers. Hubo una época en que por cosas de la vida estudiaba peluquería cerca de ese lugar y pasaba allí mucho tiempo mirando el sol, bebiendo cerveza y leyendo libros (con las tapas bien visibles si eran de escritores bohemios, para ligar)

Cuando volví ayer, pasados casi dos años, con Steve y Spectrum, enseguida vi que habían unos carteles de "Universidad ocupada", "olvida lo que te hayan informado" "No al plan bolonia" Echadle un ojo a esto si os interesa: http://universidadcritica.blogspot.com/2007/04/qu-es-el-plan-bolonia.html. Resumido, consiste en convertir la practica totalidad de las carreras en carreras de tres años, y ofertar los cursos de especialización a un precio de 1000 - 6000 euros. Unas tiendas de campaña y tres chicos con una guitarra reafirmaban los carteles. En fin. Suerte.

Al bar en si mismo lo considero un bar de nueve, aunque estuve tentado de subirle un punto por cada chica que pasaba (las universitarias van con carpeta en vez de cartera, y andan tapándose las tetas con ella). Cervezas Aguila y Cruzcampo, a uno veinte cada una; el bocata del día (cada día cambia) vale 1'55. Nada mal, teniendo en cuenta que tiene terraza, y como hay tres bares o mas en todo el recinto (son todo como un bar partido en tres) , hay algunas con sombra y otras con sol según la hora. En el interior, puedes encontrar desde chicas con palestina (si, ya se que os gustan) hasta frikis jugando a Magic a incluso carteles que te incitan a meterte en la tuna.

Un defecto que le veo: Para pedir, ya sea comida, café o cerveza, hay que pedir los tickets a un hombre que hay fuera de la barra. Como si fuese aquello el Electric Festival. Los Servicios merecen un comentario aparte, y es que siempre los encontraras abiertos y limpios si pasas por la zona y te viene una necesidad. No hacen preguntas siempre y cuando digas que eres de la facultad de economía. En resumen, un sitio que me ha dado mucho, y al que pienso volver (no digo esto siempre?) en cuanto tenga una mañana libre. Es la mejor hora.

Sol, ambiente universitario y cervezas. Tienes algo mejor que hacer mañana?

martes, 11 de noviembre de 2008

E.D.Velluters (Pintor Domingo, 20)


Por Steve:


Nuestra constante búsqueda de bares y también hay que decirlo, de sangre joven (féminas si es posible) nos llevó esta vez a la cafetería de la escuela de diseño 'Velluters'. Al entrar vimos que la cafetería no era un lugar cerrado sino que estaba ahí metido en el mismo centro del edificio, como quien dice "voy a poner una barra, una nevera y una cafetera en este rincón del pasillo que hay sitio".
Tim, J.V. y yo nos acercamos a la barra:

-¿Nos pones 3 tercios?

-¿Ves, Pepe? Estos no vienen a pedir por las mesas. (por lo visto era el chiste del día, a falta de menú...)

Fuimos raudos en rechazar las Cruzcampo antes de que las abrieran y nos ofrecieron como alternativa unas maravillosas Kronemburg 1664 al precio bastante asequible de 1'50 el tercio. No dio tiempo a más porque cerraban ya, se me hace extraño cerrar un bar a las 8 de la tarde. Y no sé si era por el hecho de estar rodeados de aulas de estudio o por que se acercaba la hora de cenar pero todo estaba bastante silencioso y tranquilo.

Siento ser escueto pero a esas horas, con el bar vacío y cerrando, tampoco había mucho que criticar. El lugar me gusto, más que nada porque me gustan todos (Tim le puso un 9). Pero sí le puedo poner una pega, al ser un lugar abierto en medio del edificio es un espacio libre de humo, a mi no me afecta pero dice un rumor que hay gente por ahí incapaz de beber sin fumar, no sé si será cierto o no.

viernes, 7 de noviembre de 2008

Bar Dede

C/Lleida 37-29

Por Steve:


Una vez que Tim había comprado sus cuerdas para mandolina caminábamos sin rumbo, buscando una nueva víctima de nuestras críticas. De este modo nos cruzamos el Barri Carme de punta a punta, pasamos sin pena ni gloria, aborreciendo todos y cada uno de los bares que encontrábamos, todos tan famosos...todos tan caros...
Cruzamos el rio por el puente de San José y adentrándonos en una callejuela nos topamos con un letrero que decía 'Bar Dede'. Dudamos que fuese realmente un bar ya que el letrero parecía más bien de una costurería, entramos para comprobar que efectivamente, aquello tenía una barra, cafetera y cerveza, pero nada más.

-¿Nos pones 2 tercios?

-mmm...no me quedan Cruzcampo, sólo tengo Mahou Clásica

-Vale! :D

La mujer que nos atendía era de una inocencia entrañable, de una bondad que invadía todo el local. Parecía que en cualquier momento nos iba a sacar magdalenas recien hechas de detrás de la barra. El local era inusualmente pequeño, no tenía mesas por la sencilla razón de que no cabían entre la barra y la pared. Por lo visto aquella amable señora decidió hacer un bar en un espacio más propio para un kiosko (cosa que agradecemos). No es un buen lugar para tener conversaciones personales pero idoneo para relacionarse con otros seres y debatir todo tipo de opiniones, la situación y la cerveza te obligan a ello. Hoy en día estos bares son lo más parecido que existe a aquellos antiguos templos griegos de reunión para filósofos.

Se me ocurrió sacar la cámara para ilustrar aquello y ante la curiosidad de la dueña a Tim se le escapó eso de que somos críticos de bares, y de pronto todo cambió. La atmosfera de bondad desapareció, la camarera dejó de mirarnos con ternura y se tornó algo hostil. Volví a guardar la cámara, pagamos las cervezas (1'20 precio cojonudo) y salimos del bar con la lección aprendida de que con eso de hacernos pasar por críticos más que ganar cervezas gratis ganaremos enemigos.


PD: No sé muy bien en qué zona hubicar el bar, está entre Pont de fusta y el Parc de Marxalenes, distrito reconocido oficialmente como La Saïdia o Zadia pero ignoro el conocimiento que tiene la gente sobre dicho nombre de modo que por ahora lo pondré en la zona de Pont de Fusta.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

St.Patrick's Irish Pub

Marqués del Turia, 69-71

Por Steve:


Una hermosa y fructífera tarde otoñal, en la que el viento te permite sacar a ondear la melena, el metro te envía mensajes divinos y te encuentras con una profesora que te sorprende que no haya sido devorada por los osos de Kamchatka.

Qué mejor para terminar la tarde que visitar un pub irlandés, concretamente uno que se encuentra en la Gran Vía Marqués del Turia. Un lugar enorme, en el que no debería costarte encontrar asiento aunque estén poniendo partidos de la Premier League en sus dos televisores. No sé exactamente cuánto tendrán que ver estos pubs con los de Irlanda, pero sí sé que me encantan. Me encanta ese ambiente acogedor en el que todas las tardes parecen de otoño, me encanta saber que hay camareras que posiblemente no hablen mejor el castellano que yo el inglés y me encantan las pintas de Guinnes o Murphy's bien servidas. Como cabe esperar, Tim y yo nos pedimos un par de estas pintas (medio litro) a 4€ cada una, si os parece caro podéis pedir tercios a 2'60. Lo cierto es que, teniendo en cuenta que en cualquier humilde terraza del centro te cobran 2'50 por una mierda de tubo de Cruzcampo, esperaba que me costara más la birra ahí dentro.

Más tarde he descubierto que este pub pertence a una franquicia y que hay unas cuantas de estas por ahí repartidas.

Bar Billar (Calle Pelayo nº28)

Por Tim:


Era una tarde en la que yo debería estar comprando cuerdas de mandolina y al ver que no las vendían sueltas y que cualquier precio del pack de 8 cuerdas me impedía beberme una birra, me impulsaron a cometer lo segundo en un tiempo mínimo. Steve me llevo andando sin rumbo hasta aquel lugar, un lugar cercano al barrio de la estació del Nord, donde se han impuesto desde hace unos años los bares regentados por orientales, como por ejemplo, el Casa Paco, o el Tu Cocina.

Jamas habíamos oído o visto antes el Bar Billar, cosa que nos hizo meternos dentro sin ni siquiera cambiar una mirada. Además desde la entrada advertí un par de chicas bastante potentorras (con novio pero que mas da)

La entrada a la izquierda aguardaba la barra, de apenas un metro, en contraste con la sala inmensa y vacía. La camarera no pregunto.

dos tercios - dije.

como?

Cerveza?

No entiendo

Un hombre vino y nos alargó dos latas no muy frías. Allí unos diez hombres chinos fumaban y reían alrededor de una mesa redonda (estarían apostándose el matrimonio de sus hijas? soy producto de la realidad o del cine?). Una mujer apartada jugaba al Mah-Jong. Son como fichas de domino grandes, como si hubieran unido cuatro dominós.

El camarero nos sentó en un sofá desde donde veíamos jugar a las chicas guapas (no lo hable contigo, Steve) al futbolín, a dos orientales con un pelo que jamas podría hacerme y a dos heavys, a los que robé el cenicero. Les pregunté si querían una gran chusta de porro que había en el (yo no fumo) y nos dijeron que no.

Baste decir que fue un bar que me encantó y al que planeo volver, y me gustaría saber si cierra mas tarde. Las cervezas solo cuestan uno veinte, y a pesar de estar no del todo frías, el ambiente a garaje y familiar me hacen darle a este bar un nueve, un lugar donde los grafittis y el sentimiento de estar agusto están patentes.


(EDIT, 16 - 12 - 08: parece ser que se anuncia que en este bar se hacen masajes terapéuticos, tratamientos faciales y quemado de pestañas. Información allí)

martes, 4 de noviembre de 2008

Sociedad de Cazadores

Calle Mayor, Paterna

Por Tim:


Una tarde de Halloween, después de intentar entrar a la calle del terror y desistir tras ver el tamaño de la cola, decidimos seguir nuestro camino. El segundo bar donde nos metimos será al que me referiré en esta ocasión; pues no podía ser de otro modo, nuestra obsesión por el trabajo nos llevó delante de este par de cervezas.

Es un buen bar, situado en la calle mayor de paterna, en el que poca gente consideraría jamas entrar: Es uno de esos diamantes en el barro que pasan desapercibidos para todos menos para la gente mayor. La poca concurrencia estaba discutiendo (en contra y a grito pelado) sobre la importación de las fiestas norteamericanas a nuestro país. Hombres de canas, igual que el camarero. Fui a mear y cuando volví, Steve había pedido y yo encendía mi cigarro. Le expuse mi opinión sobre que estaba bien importar las fiestas, ya que los niños en el pueblo estaban pasándoselo genial y a nadie le viene mal un poco mas de alegría y color (yeah!).

En cuanto a la cerveza: precio natural de la misma: 1'20. No podéis pedir más. Si no os molesta el olor a salsa agridulce (que raro,no?) y que sea un bar que fomente la caza mayor y menor (aunque sospecho que la mayor parte de los clientes no ha visto una escopeta en su vida, yo personalmente, me basta con la que tengo de nacimiento).

Un póster en la entrada aconseja: El lince ibérico depende de ti.

Bar Manola (C/ de la Corona, 21)

Por Steve:


Caía una de estas lluvias que no terminan de ser lluvia, esa llovizna que al caer, más que mojarte lo que hace es tocarte los cojones. Razón de mas para encontrar un bar donde refugiarse. Y entonces, Tim recordó un lugar cercano, en el que tan solo había entrado una vez y lo encontró lleno de perros (sí, un bar lleno de perros), pero que según había oido decir, había cambiado. El caso es que reconocimos fácilmente el local por tener frente a la puerta a un lanudo y amigable chucho sentado.

A pesar de estar empapelado por cada uno de los rincones con mensajes a favor y en contra de toda ideologia habida y por haber, debo admitir que por ambiente es el bar más parecido a nuestro querido Oasis que me he encontrado hasta ahora. Un ambiente oscuro pero no asfixiante; Una música tranquila a un volumen idoneo: lo suficientemente bajo para poder conversar con tus compañeros de mesa y lo suficientemente alto para no permitirte escuchar conversaciones ajenas; y un camarero sociable, capaz de dar que hablar a cualquiera de sus residentes. Y ¿Qué más se le puede pedir a un bar? No sé vosotros pero yo con esto me conformo. ¿El precio? 1'70 el tercio, que teniendo en cuenta la zona en la que se encuentra (cercano al casco antiguo) es de lo más barato que puedes encontrar.
Por ponerle una pega, quizá la visión constante de un apenado perro, sentado ante la puerta, la cual rascaba de vez en cuando en busca de atención. Pero supongo que eso no pasa de ser una anécdota.


Opinion de Tim: Habian dos punkis, un hombre con pelo largo, dos chicas ni guapas ni feas hablando de astrologia. Al cabo de un tiempo entraron dos mujeres con una mochila de dos metros cada una, empapadas como el resto de los parroquianos. Da gusto ver llover cuando estas refugiadito al lado de una rubia (fria y con burbujas). Oi decir al camarero que tocaba la guitarra. Mee dos veces, era la tercera cerveza de la tarde. Mi opinion: un buen bar al que volvere en un futuro muy proximo, sin duda merecedor de un 9.