UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




lunes, 29 de junio de 2009

Cafe Calanda


Calle Calanda (Zaragoza)




Por Tim:


Cuando llegamos a Zaragoza, recibimos la llamada. Michael Jackson habíía sufrido un ataque al corazóón y probablemente no pasaría de aquella noche. Tuve que colgar a James porque Steve y Roman me adelantaban y no quería perderme en aquella ciudad desconocida de madrugada.
Llegamos al café calanda a las doce y poco, y aunque al lado había otro bar, decidimos ese por que no podíamos andar otros 5 metros más.
La simpática dueña oriental (no nos entendió cuando le preguntamos de dónde era) nos puso tras dificultades comunicativas unas Ambar y un carajillo de ron para Roman, y alli, de esa guisa, nos sorprendio la segunda llamada: Michael Jackson estaba muerto.
El bar estaba cerrando y en el interior solo estaban unos chinos jugando al Mahgong en la última mesa.
Decidí salir a la terraza a gritar la noticia a los cuatro clientes, pero Roman que es un liante se me adelantó, y en vez de rallarse por ver a tres valencianos agitados por la noticia, les caimos muy bien y les dijimos que eramos críticos de bares. Les dijimos que habiamos venido a ver grupos heavys. Tomamos tres tercios alli cada uno y nos salio todo y el carajillo por 16 euros. No pude preguntar por que la dueña no me entendia cuánto valía una sola cerveza.
Me gustaría dedicarle esta entrada a la memoria de Michael Jackson, quien a pesar de que no llego a ser un verdadero fan, en los últimos años llegué a cogerle cariño.

jueves, 25 de junio de 2009

Cafetería Bellver

Calle Juan Magal Benzo

Por Steve:

Una vez, un ser anónimo (anónimo, no por respeto a dicho individuo si no por que no recuerdo la identidad de esa persona), tuvo la inteligente ocurrencia de que este bar era de lesbianas por la sencilla razón de que tras la barra siempre habían mujeres, de modo que lo renombró como ‘el bar de las tortilleras’. Nombre que se extendió de sobremanera entre la población paternera. Hoy por hoy, centenares de personas siguen conociendo este local como ‘Las Tortilleras’, yo mismo, he tenido que volver a pasar por la fachada para recordar su nombre auténtico. Ya lo hizo Forrest Gump y lo hizo George W Bush, pero me sigue sorprendiendo cómo, de un modo u otro, un tonto puede cambiar el mundo (Quien dice mundo, dice una humilde villa a las afueras de Valencia).

Debo decir que tanto Tim como yo hemos pasado importantes momentos de nuestra vida allí, pero en distintas épocas. Tim prácticamente perdió los dientes de leche en esa cafetería, y a mí me creció pelo en los cojones. Allí aprendí a jugar al billar y empecé a tratar con féminas, ambas cosas con resultado infructuoso. Vamos que no metía na’ ni por un lado ni por otro. Me pasaba tardes enteras en su tranquilo segundo piso con mis colegas de entonces, criticando gente que ni siquiera conocía. Recuerdo que nunca pedíamos más de dos coca-colas entre todos.

El otro día, cuando entré con Bea (Sí Bea, sí, te estoy nombrando, aprovecha tu momento de fama que no te basta con tener una calle con tu nombre) no había mujer alguna tras la barra, pero ya no importa, el nombre de ‘Las Tortilleras’ no hay quien se lo quite. Me di cuenta de que su clientela había envejecido 20 años cuando yo no hace ni 10 que me pasaba por allá. La cerveza nos la cobraron a 1’50, sería un precio cojonudo si el bar estuviera en Valencia, pero en Paterna, que es un mancha negra en el mapa de todo turista, un lugar en el que hay una especie de pacto no escrito entre hosteleros para no cobrar más de 1’20 la birra, el precio de La Cafetería es excesivo.

Eso sí, los puntos que hacían que en mis años mozos este sitio fuera un lugar ‘guay’ donde pasar la tarde siguen ahí, unos cómodos sofás que te hacen disfrutar la cerveza un poco más, unos de los pocos billares que conserva el pueblo y sus dos pisos con televisor. Si hay alguna razón que os lleve hasta este lugar, que sea una de estas.




PD: Escribo esto justo antes de partir a Zaragoza, tierras vírgenes para el Birracentrismo, prometemos interesantes entradas sobre nuestra travesía.


Opinion de TIM:

No viste bien el nombre no, Steve, no se llama Cafeteria a secas. Edito para decir que yo practicamente vivia en esa cafeteria con mi padre, entre allí y el Bar San Pedro, y me gustaria hablar de un hombre muy grande que fue camarero de ese bar una vez. Se llamaba Carlos y era una bellisima persona, muy educado, vaya por dios, y que ademas hacia un lomo con tomate increible. Celebrabamos alli siempre el dia de la loteria entre todos los parroquianos, tradicion que he intentado mantener sin exito mas tarde con mi padre y mi primo. Ademas era la sede de la peña taurina ENTRETENIOS, tenia la maquina de los vaqueros y me gustaba pasar horas y horas en el piso de arriba solo, imaginandome que era un malote de los angeles. Una vez hice con plastelina a Asterix y Obelix y los llevé alli y todo el mundo me dijo que era un genio, se quedaron tan asombrados los del bar, que Carlos el camarero los puso en una copa grande y los expuso en una vitrina que tenia. Mas tarde cuando murió el piso de arriba se lleno de malotes de verdad. El bar cambio de dueños. Recordare toda mi vida cuando vi alli, con mi padre como unico cliente, la peli de El Puente sobre el Río Kwai en la dos. Eran las cuatro de la mañana, y al dia siguiente era el primer dia de colegio. El camarero me pregunto que si me gustaban las peliculas de guerra y yo, que no habia visto ninguna en mi vida, le dije que me encantaban.

miércoles, 17 de junio de 2009

Bar sin nombre en el rio de Valencia

Bajo el puente de calatrava

Por Tim:




Un dia que Steve me propuso ir a VLC city en bici, este fue el lugar donde acabamos tras el paseo. Aquel dia me acababa de comprar la entrada al S.O.S festival (que por cierto, muy bien) y eso me recuerda a que tengo que comprar la del Metalway si quiero ir, Steve y Roman tambien van e intentaremos criticar algun bar de carretera en el trayecto, pero bueno, a lo que iba. El bar: Aquel dia solo nos tomamos una cerveza porque teniamos que conducir (la bici, vamos) y solo tienen Heineken a dos euros cada una. Nos las bebimos junto a una mesa de guiris, unicos ocupantes, y dejamos las bicis ahi tiradas en unos arbustos o unas mesas creo, no me acuerdo.

El bar tiene bater con llave, hay que pedirla a la camarera de mediana edad, que no se le veia de muy buen humor ese dia se vé. Lo de la llave digo yo que sera para que no se metan los Skaters que van por el rio, ni la gente que hace footing ni el resto de gente (famosos son los casos de violadores del rio, yonkis y demas, y hay cosas aun mas raras: James me hablo una vez de un caso cuyo protagonista era un árbol con brazos)

Era un bar con una terraza muy agradable pero no habian chicas guapas, supongo que eso irá con los dias, aunque sospecho que no. Solo queda decir que animo a cualquiera a ir a Valencia en bici desde donde sea que vivas, ya sea Benimamet o San Petesburgo, es una experiencia inigualable.