UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




lunes, 30 de noviembre de 2009

Hotel Sorolla Palace

Av. de las Cortes Valencianas,54


Hay sitios en los que las cosas son caras por y para nosotros. Son caras para que no entre gente de nuestra calaña y al no haber gente de nuestra calaña justifican sus precios caros, es el pez que se muerde la cola. Pero a nosotros eso nos la suda, entramos igual, con nuestras pintas y modales y nos gastamos nuestros 4-5€ por tercio, a sabiendas de que cualquiera de sus clientes se sentiría más rico y poderoso sin nuestra cercana presencia. Si esto lo hiciéramos a menudo, posiblemente estos lugares perderían caché y se devaluarían, lo que atraería a más indeseables. Y si lo hiciéramos a una escala más global, quizá los hoteles Hilton perderían un par de estrellas y la pobre Paris no podría cepillar a su perro con un cepillo de marfil.
Y una vez habido tumbado el imperio Hilton a base de cervezas me dispongo a relatar una de nuestras visitas a este tipo de hoteles.


Esa tarde me tocaba ducharme y hacía una semana que no me afeitaba (arreglaba las barbacas) y me disponía a hacerlo pero dije: No! que he quedado con Tim y el Sr Vela para cervecear en el hotel Hilton! De modo que en lugar de acicalarme recogí la sudadera de los maiden del suelo y busqué la camiseta más vieja que tengo, una que me dio mi padre, en la que tiempo atrás aparecía Ronaldinho pero que ahora es completamente lisa. 20 minutos más tarde me encontraba en la cafetería del Hilton, pero esa historia le toca a Tim contarla. Al salir de allí cruzamos la calle y nos metimos los tres en el Sorolla Palace, un hotel de 4 estrellas, para tomar sendas cervezas. Mis compañeros comenzaron a dar saltos de alegría cuando vieron que la cafetería tenía zona para fumadores, a veces me gustaría ser un auténtico fumador para ser tan feliz como ellos en momentos como ese. El camarero, que según Tim había nacido para ser camarero, no se demoró en traernos unas San Miguel de 4€ en unas copas que no tenían pinta de haberse comprado en los chinos. Eso sí, nada de cacahuetes.


A nuestro alrededor, gente que en lugar de hablar de cosas importantes como hacen en los bares normales, hablaba de negocios, lo mismo que en el Hilton, solo que aquí la gente hablaba en valenciano y no en inglés y te los encontrabas con ropas que bien podríamos llevar nosotros para ir a comprar el pan. La verdad es que allí no parecíamos estar del todo fuera de nuestro ambiente, no destacábamos entre el resto. Quizá por eso, cuando llamó Diana al móvil de Tim, este decidió poner el manos libres para que toda la cafetería se enterara bien de qué halábamos con ella. Recuerdo que en el grupo de empresarios informales que teníamos enfrente había un grenyut, un viejo un rockero de los de antes, con su camiseta de calaveras y tribales y sus vaqueros negros. Se encontraba sentado en mitad del sofá y la gente lo rodeaba como si él fuese el centro del meollo. Parecía tremendamente aburrido ahí en medio de todos esos individuos y sus jergas empresariales, y nos miraba con cara de resignación. Posiblemente pensaba: 'Qué envidia me dan esos tíos que hablan de enfermedades venéreas y conversan en alto por el móvil, ojalá pudiera estar yo con mis colegas de verdad bebiendo birras, o con ellos mismos'.
Al ver que nuestra economía había menguado demasiado en cosa de 2 horas decidimos tomarnos la ultima en un lugar más acorde a nuestra clase, pero no sin antes pasar por el baño y descubrir que no había botón ni manecilla ni palanca ni nada parecido ahí dentro, todo se activaba solo, posiblemente un hombre rico no sepa tirar de la cadena del váter porque allá donde va se activa sola.




PD: Indagando en internet, he descubierto que una de nuestras más fieles seguidoras es la madre de Tim. María Dolores, gracias por leernos y patrocinarnos. Un saludo desde birracentrismo. ;)

lunes, 23 de noviembre de 2009

O'Hara

C/ de las Danzas


Por Steve:
Al salir del bar Django, que era el bar en el que Pas fue torturado por el pitidito de una alarma (ver entrada anterior), deambulamos sin rumbo por el mismo Carmen hasta que el propio Pas recordó un lugar digno de visitar por un birracentrista, de modo que nos llevo zigzagueando por un par de calles hasta llegar allí. El bar O'Hara.

Era uno de esos sitios oscuros y silenciosos en los que todo es de madera y ponen la Premier League en la tele, fuimos arrastrados hasta aquel local con la promesa de una gran variedad de cervezas y no quedé defraudado. Basta decir que no recuerdo la cara del camarero porque desde donde yo estaba sentado no lo veía de la cantidad de birras que habían de muestra en la barra. Sabíamos perfectamente qué precios nos íbamos a encontrar con cervezas de importación que nadie conoce pero Pas nos contagió su consumismo y además yo estaba convencido, como siempre, de que iba a hacer pleno al 15 en la quiniela (A santo de qué le tenía que ganar el Valladolid al Depor?). Yo me pedí una Hoegarden y una Kilkenny, las dos muy buenas; y Pas otras 2 birras de nombres extraños que si pronuncias bien, siempre quedas como un entendido en la materia y te ganas el respeto del tabernero. Tim se limitó a copiarnos en nuestra selección de cerveza.

Recuerdo que, al decirle al dueño lo guay que nos parecía ese sitio, nos contestó que si tanto nos gustaba que volviéramos cuando quisieramos y que nos llevásemos cuantos amigos pudieramos, no sé yo si mi cartera podrá permitirse cervezas de importación despues de asaltar la cafetería del Hilton, de modo que haré algo mejor que llevar a mis amigos, aconsejaré a nuestros 170 fans de Facebook que lo visiten si pueden :).

lunes, 9 de noviembre de 2009

Café Django

Calle de Belluga



Por Tim:

Esa tarde habíamos quedado Steve y yo para trabajar pero de repente llamó el Pastrana que no tenía clase y dijo de quedar por la tarde, y al final quedamos en la puerta de la Fnac. Como es un hombre que cobra dijo que tenía la fiebre consumista y que se tenía que comprar cosas así que arrambló con la sección de Soul y se llevó discos de Otis Redding, los Four Tops y otra banda de negros que cantan "Nightshift"

Luego para celebrarlo nos fuimos al Carmen en bus (en verdad estaba al lado pero teníamos un bono con un montón de viajes cargados en) y llegamos a este bar, un bar al que nunca había ido y que estaba al lado con una tienda de violines con la cual siempre la confundo.

La birra costo 1'40 y pagó Pastrana, si no recuerdo mal, solo que al pobre le tocó sentarse en una mesa al lado de la alarma antirrobo y esta hacía un pitido cada minuto y al pobre le daba mucho por culo (en la foto se ve claramente) Hicimos una quiniela que no tocó y luego hicimos una que no tiramos, solo para ver si nos hubiéramos hecho ricos. La mía era todo Unos, y acerté cinco.

Es un bar normal, de dueños chinos como viene siendo cada día más habitual en el centro de valencia. Aun así, es un buen bar que si estás cansado ya de ir al bar Jesús que está al lado, pues vas a ese que por lo menos es otro rollo jejejejej.

Sin más que decir, me voy, no sin antes ponerle a este bar un 9. Luego mas tarde fuimos al bar O'Hara, que si me da contaré la historia mañana y si no, la contará Steve. Un besito a todos nuestros admiradores, que sepáis que las cortezas y papas jamón del mercadona están muy buenas!! adeuuuu!!!

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Bar Piqueras

Av. del Puerto, 120

Por Steve:

Os voy a contar la bonita historia de este blog. Un día un camionero de identidad irrelevante me aconsejó ir a un lugar ahora ya sin importancia. Tim se prestó a acompañarme y de camino a nuestro destino decidimos que bien merecíamos una cerveza, entramos pues al primer bar que encontramos. Y allí, entre cervezas y tapas, descubrimos que cada vez que íbamos a algún sitio terminábamos en un bar distinto y que de cada uno de esos bares sacábamos una historia que contar. Entonces pensamos que para qué íbamos a guardarnos esa experiencia que nacía en torno a una cerveza para terminar olvidándola despues de otra cerveza. En aquel momento creimos que sería guay compartir nuestros conocimientos a través de internet y, de este modo, días despues, nació Birracentrismo.


Hoy hace un año que se escribió la primera entrada y para celebrarlo hemos vuelto al lugar dónde surgió la idea, el Bar Piqueras. Un bar de barrio que tendrá 4 o 5 mesas, con su clientela habitual, su camarero adaptado a la rutina, sus tapas y su televisor en alto sintonizando cosas que la gente sólo ve en bares.

Me ha encantado que un año despues no hubiese cambiado nada salvo la presencia de James entre nosotros: nos sirvió el mismo camarero con el mismo trato, nos sentamos en la misma mesa y hasta diría que se encontraban los mismos jubilados viendo al mismo Chuck Norris en Canal Nou. Tim volvió a robarle un cigarro a un sonrriente jubilado y nosotros volvimos a pedir unas bravas que no tenían y que terminarian siendo reemplazadas por una saludable tapa de chorizo y queso.

El Bar Piqueras no es más que un bar normal y corriente, de lo más humilde que puedas encontrar, pero un bar al que siempre tendré un aprecio especial y al que volveré, como mínimo, cada 4 de Noviembre. Cita que espero, se termine conviertiendo en tradición en la que, por supuesto, será bien recibido todo birracentrista.