UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




martes, 7 de diciembre de 2010

Bar Plenamar

Calle de Bailén, 18
Por Steve:

El viernes íbamos camino a Valencia en lo que parecía que iba a ser una alegre tarde de quintos. Habíamos quedado Lilo, Tim, yo y otras dos personas (que todavía no tienen un seudónimo en este blog) en la estación de metro de Paterna. Vimos que perdíamos el metro y nos tocó correr y entrar sin ticar el bono. No teníamos otra opción, por aquello de que en Valencia el metro pasa cada 15-25 minutos y no nos podíamos permitir esperar al siguiente. No hay maldad ni ventaja alguna en esto, ya que al llegar a nuestro destino, debemos ticar de todas formas para poder salir de la estación. Pero al arribar a nuestra parada nos encontramos con las compuertas de salida bloqueadas por 3 malvados individuos uniformados con los ropajes propios del imperio MetroValencia.

martes, 30 de noviembre de 2010

Bar Somelier

Por cerveceros por el mundo:

La vida me ha llevado recientemente a Zaragoza de donde traigo un mensaje: los maños también molan. El bar del que os hablo está en una calle de la zona universitaria de Zaragoza, sin embargo no se trata del típico “garito”, la mayoría de las personas que lo frecuentan están desafiando a la muerte día tras día y con nuestra entrada bajamos la media de edad a los 40 años, pero es parte de su encanto. La primera vez que entré en el bar, el camarero me hizo sentir como un atracador, que solo quieres que se vaya cuanto antes. Pero enseguida me di cuenta de que simplemente era su forma de ser, justo después de que nos trajera una ensaladera llena de patatas bravas diciendo 'tomad, las tenía ahí un par de semanas pero creo que aun están buenas'. Por este tipo de detalles, a veces combinado con un 'eh! Chavales ¿Queréis tomaros un chupito?' cuando estamos a punto de irnos, se ha convertido en el lugar propicio para inflamos a Ambar y a croquetas caseras como mi puño de grandes cada vez que estamos en Zaragoza.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Tasca Bar Vinilo

Manuel Candela, 71


Por Steve:

El otro día estábamos Tim y yo por Valencia haciendo recados y acabamos de cervezas (qué sorpresa, ¿eh?). El afortunado local que recibió nuestra preciada visita fue la tasca Vinilo, un lugar horrible, o eso es lo que pensé nada más entrar.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Bar Ambar

Calle Pere Aleixandre



O También llamado "el mejor día de la vida de Starmie MacGregor"

Por el camarero del bar Ámbar:

"Os voy a contar la historia de un chico que vino a mi bar una vez, la noche de un 3 de marzo. Aquel día por la mañana, los Steinburgs tocaban en el instituto Henri Matisse, y Starmie MacGregor tenia que tocar. Tuvo que recoger a Grace, una amiga, que venia en metro hasta la parada de Santa Rita. Cuando llegó, decidió que hacia mucho calor y la chica se cambio de camiseta en medio del parque, a lo porno. Una señora pensó que los dos eran una pareja de novios, y les dijo que no había nada mas bonito que el amor, y que aunque la pasión con la edad se iba, luego salia otro amor distinto igual de bonito. También hizo un chiste con la frase "polvos mágicos" y a Grace y a Starmie les cayó tan bien la mujer que no osaron decirle que tan solo eran amigos.

domingo, 24 de octubre de 2010

Chiringuito en Praia de Cabedela

Playa de Cabedela
Por Steve:

Como ya contaba en la entrada anterior, este verano viajé con mi prima Louise a Portugal, concretamante a Viana do Castelo. Una humilde y tradicional ciudad costera al norte del país. Llegamos hasta allí atravesando incendios y pueblos que buscaban matarnos de hambre (todo ello en Galicia). Y con tanta traba puesta en el camino, alcanzamos nuestro destino a tiempo para cenar, ver un poco el ambiente que se cocía por las calles portuguesas y acostarnos. La acción tendría que esperar a la mañana siguiente.

viernes, 8 de octubre de 2010

Cafetería Malabar (?)

Plaza 2 de mayo




Por Steve:

Portugal, ese vecino desconocido, ese trozo de tierra que dios puso ahí para que los extremeños no tengan playa. Este verano me propuse ir a hasta allá en un trepidante viaje por carretera. Atravesar la península en coche, sin prisa y sin más itinerario de viaje que tener Madrid como lugar de paso. Es algo que pinta bastante bien, pero por alguna razón, ningún birracentrista quiso acompañarme. Por suerte ahí tengo a mi prima, a la que llamaré Louise (la iba a llamar Thelma pero le pega más Susan Sarandon), que no será birracentrista pero se apunta a un bombardeo. Y aunque es una experiencia que pienso repetir, fue una lástima hacer el viaje sin cerveceros a mi alrededor. Parar en pueblos dispares de Cuenca, Zamora, Valladolid o Pontevedra y no tener apenas nada que contar en torno a una birra es algo que me entristece.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Bar Castillo de Cullera

en lo alto de la montaña de cullera


Por Steve:

Acabo de abrirme la última cerveza de las celebraciones que quedaba en mi nevera. Una cerveza rusa de medio litro que no me costó más que 1€, pero tan extraña y exótica la veía que la tenía como la típica botella de champán que guardan todas las familias para momentos especiales. Ahora veo al cielo amenazando lluvia, a gente sacando las mangas largas del armario, a los universitarios volviendo a su rutina estudiantil y me doy cuenta de que el verano ha acabado. Y para despedir este verano tan guay como dios manda, bien merece la pena abrir esa botella de cerveza con las letras del revés.

martes, 1 de junio de 2010

La Crepe


Plaza de la Virgen
Por Steve:

Nos encontrábamos una tarde en Valencia sin razón ni finalidad alguna, por primera vez que yo recuerde teníamos como único propósito tomar unas cervezas. Siempre terminamos haciendo eso, pero normalmente necesitamos algo que hacer antes, alguna excusa para viajar hasta la "gran ciudad". A demás teníamos el aliciente de que habían llegado 10€ a nuestras manos de forma mística y misteriosa. Y eso para 2 personas cuyo único deseo es tomarse un par de cervezas, es muchísimo. Decidimos, pues, gastar ese dinero en alguno de esos lugares que rechazas a la hora de beber por ser muy caros, pero mira por dónde, cuan maravillosa es la ciudad de Valencia, que no encontrábamos local alguno que llegara a los 3€ la birra. Nos propusimos ir directamente a la plaza de la Virgen, lugar en el que parecen nacer todos esos individuos rosados que no comprenden muy bien el valor del dinero y pagan lo que sea, los llamados guiris.

lunes, 31 de mayo de 2010

La Book Tike

Calle del Mesón de Morella
Por Steve:

El otro día acompañé a Tim a que intentara cumplir su nuevo sueño: servir de modelo para que un puñado de artistas le pinte los cojoncillos. Le dijeron que estaría bien que hiciera yoga y que si eso le llamarían en septiembre; cumplimentó el papeleo que debía y nos quedamos en la calle, en medio del Carmen, con toda la tarde por delante. Y ¿qué se puede hacer una tarde por el Carmen? creo que todos conocemos la respuesta. Paseamos en busca de un nuevo lugar de interés birracentrista hasta que nos encontramos con esto. Lo que siempre había sido un descampado frente al Jimmy Glass (lugar por criticar, me lo apunto), había sido transformado en una terraza, solo que las mesas estaban montadas con palets. Entramos sólo para estar ahí y que nos vea todo el mundo al pasar con una cervecita en la mano. Y al entrar descubrimos que lo de hacer mesas con palets era más por filosofía que por falta de presupuesto. Gran parte de las cosas ahí dentro estaban hechas de cartón (mesas, sillas, la barra...) y ahí no queda la cosa, se accedía a la terraza a través de un contenedor de estos del puerto. Un lugar curioso cuanto menos, algunos dirían modernete, yo lo llamo original. Las birras que te ponían eran Estrella de estas en botellas de metal y como tapa unas papas, pero con pimentón por encima. Era como si las cosas normales no tuvieran cabida ahí dentro y eso me moló mogollón.

Bar la Sardinería





Por Tim:

Era una tarde de a saber cuándo (hace ya un tiempo) cuando Steve y yo subimos a este monumento de la foto. No, no es la pilila de King Kong, es el Miguelete: la torre de Valencia más alta y famosa, que tiene nueve o diez campanas cada una con su nombre: "El andreu", "la felisa"... no eran esos exactamente pero por ahi iban los tiros. El caso es que subimos, y yo ya habia subido un monton de veces (cinco o por ahi) vale un euro y medio, pero es gratis los domingos, creo.

jueves, 20 de mayo de 2010

Bar desconocido


Por Steve:

Puesto que estamos un poco parados por la ausencia de grandes incursiones birracentristas, voy a relatar uno de esos días de los que cualquier otra persona se avergonzaría.

lunes, 10 de mayo de 2010

Pizzeria Portofino

Avenida Camp de Túria, 71 (L'Eliana)

Por Tim:

Madre mía, menudo fotón! Pues esa noche, amigos, era el cumpleaños del Pas. El Sr. Vela lo había organizado todo y comenzó por una traca, seguido de un grupo de Mariachis, que tras mucho insistirles, tocaron la Malagueña y un castillo de fuegos artificiales. Todos los amigos nos habíamos reunido allí e incluso vinieron los padres de Pas con su perra Tani, y nos llevamos un equipo de voces el cual usamos para contar chistes (sobre todo yo que conte más que nadie creo)

lunes, 29 de marzo de 2010

El Barecito


Por Steve:

Érase una vez un hombre enamorado de una dama que alcanzaba los 10 km de costado a costado. Steve era el nombre de nuestro caballero y Valencia el de la amada.
Una noche de lujuria y desenfreno, no pudo nuestro protagonista más que maravillarse por la elegancia y soberbia en la que, con motivo de su más apreciado festejo, había Valencia sido engalanada. Quiso acariciar paso a paso cada una de sus aceras y quiso besarla en cada bar a través de una botella. De modo que buscó perderse entre las más íntimas calles de la dama. Guióse a ciegas por esta, embriagado por su perfume a buñuelos y sus pirotécnicos susurros, hasta terminar borracho de amor y cerveza en El Barecito.

viernes, 12 de marzo de 2010

Jamón del Medio



Por Pidgeotto:

No soy más que un pollo de peluche que vive en la mochila de Tim. Acompaño siempre a estos energúmenos que se hacen llamar birracentristas y que se enorgullecen de llenar todo un blog de paparruchas sobre sus experiencias en bares. A mí, personalmente, lo que escriben me parece superfluo y pretencioso. De hecho, escribo esto con mi suave pico naranja, para demostrar al mundo que una mierda algodón envuelto en tela amarilla es capaz de hacerlo mejor que ellos.


Grace quería salir de su casa aquella tarde sólo para huir del señor del gas que debía visitarle, y no le costó demasiado arrastrar con ella a los papanatas de Tim y Steve. Aquel dia me apetecía estirar las plumas un poco así que me hallaba con ellos. No suelo beber pero ya habíamos pasado por el Black Sheep y digamos que se me calentó el pico. Cuando entramos al bar Jamón del Medio vimos que colgaban varios jamones, así que Steve dijo de entrar aunque al resto no nos hacia gracia. Pero aun así nos metimos, como si Steve siguiera un reguero de alpiste. Nos sentamos en torno a un barril y vimos que al lado nuestro había uno gran abrevadero lleno de cacaos con corfa y sal. puestos ahí para que se sirvieran los clientes ellos solitos. Pedimos sendas San Migueles para todos y estos pensaron que en un lugar que tiene jamones y embutido colgando de las paredes, era un insulto no comer más que cacahuetes. Steve fue a la barra a pedir algo y al rato volvió el camarero con un plato de chorizo salchichón y queso. A opinión de Grace, era todo del Mercadona, eso sí, el pan estaba buenísimo. Como bien sabeis, los pollitos sólo comen semillas y gusanos, de modo que no puedo opinar, me centré en los cacahuetes. A día de hoy, Grace todavía le reprocha a Steve el precio (7`50) y la calidad de los ibericos que se comieron, a pesar de comerselos bien a gusto.

Tras salir de allí, volvimos a Paterna. Tim se metió en la cama con su ebriaguez y yo aproveché para releer y corregir libros de Herman Hesse y Samuel Beckett. Sin más dilación, pongo punto final con un gran golpe de pico.

viernes, 5 de marzo de 2010

Pequeño Café del Rock

Calle de San Antonio María Claret 54(Zaragoza)


Por El_TiM:

Cuando llegamos a Zaragoza nos dedicamos a buscar a una chica, una chica que conocia Steve desde un Monsters of Rock, cuando Stanley les pidio vino para un calimoxo. La chica en cuestion se llamaba Cindy, y la llamamos y accedió a que quedaramos con ella en la puerta de su casa. Spectrum aparcó a pocas manzanas. Cuando bajó me sorprendio que fuese una chica muy bajita y muy guapa. Nos llevó a un supermercado donde compramos un pack de Ámbar para celebrar el cumpleaños de Román, y luego nos habló de este lugar, porque ya que en aquella reunion quien mas y quien menos era un Hevyata (Steve ultimamente el que menos, esta renegando ya), decidio llevarnos a un sitio lleno de METAL


Y he aqui que estamos buscando el sitio con el GPS en el coche de ruben lleno de trastos y a las siete de la tarde o a saber que hora seria nos plantamos en aquel garito, donde estaban poniendo creo recordar a los Twisted Sister o a los W.A.S.P. Nos sentamos en una mesa alta y nos pedimos una ambar. No recuerdo lo que nos costó pero sé que reuniendo la pasta aun creo que me daba para otra. Estuve contandole, a aquella desconocida para mi, mis problemas de amor que tenia en ese momento (me habia liado con una chica que me gustaba pero no me llamaba y yo no la queria llamar para ver si se interesaba un poco. Esto asi suena breve pero si me pongo a contarlo con detalles y con ganas estoy tres horas hablando sin parar) La chica me escuchó con la paciencia de una santa y me dio algun consejo que ya he olvidado. Nos dijo que trabajaba en un horno en el que no hacian panes, que se los traian hechos. Me cayo muy bien. Es un bar en el que seguro que por las noches hay bastante ambiente pero en esos momentos no habia nadie casi. Con la cortesia que nos caracteriza nos despedimos y nos fuimos ya a nuestra casa en Valencia, donde llegamos a las tantas, y hacia mucho mas frio que en cualquier parte donde hubieramos estado en aquellos cuatro dias.

El Resbalón


Aventura Cántabra - Día 5: El regreso


Por Steve:

En la triste vuelta a casa seguimos el trayecto que nos hiciera parar en Logroño y Zaragoza. De este modo, atravesamos los prados de Cantabria para adentrarnos en los bosques de Euskadi, y salimos de los bosques de Euskadi para meternos en una región en la que no había otra cosa a lo largo y ancho del paisaje que no fuesen viñedos y bodegas.

Nada más llegar a Logroño fuimos a un Consum, compramos 4 barras de pan, sacamos la comida que nos quedaba y lo devoramos todo sentados en un parque, como sucios vagabundos. La gente que pasaba a nuestro alrededor nos miraba con desprecio, alguno incluso dudaba si tirarnos monedas. Lo cierto es que en nuestros bolsillos quedaba los justo para un par de cervezas y la gasolina para llegar a Valencia. Y exactamente en eso gastamos el dinero.
Entramos al primer bar cutre que vimos, uno que estaba justo delante del coche. Típico bar de abuelos.

- Oye! ¿Nos pones 3 tercios?

- ¿?

- ¿Medias?

- ¿?

- Cerveza, pero de las grandes, no botellines de esos pequeños.

Camarero confuso...momento tenso...
De pronto empieza a sacarnos toda clase de recipiente en el que alguna vez ha vertido cerveza, entre ellos, un armatoste descomunal que nos dejó patidifusos. Al verlo, Tim y yo nos miramos leyéndonos el pensamiento pero finalmente rechazamos la idea y nos inclinamos por 2 jarritas para Tim y para mí y una caña para Spectrum. Por lo visto allí, eso de la cerveza no se pide, o se pide de forma tan ocasional que no tienen nombre para definir una caña, una pinta o un tubo y la gente debe señalar en que recipiente quiere beber. Pero teniendo en cuenta que allí no tienen más que bodegas en todo lo que viene a ser La Rioja, me parece normal que sólo pidan vino, si es que se lo tienen que beber a la fuerza.

Y no hay mucho más que contar, poco tiempo pasamos entre riojanos. La próxima y última parada de nuestro viaje, Zaragoza. Me despido diciendo que con este bar, ha birracentrismo ya sólo le quedan 39 provincias españolas por visitar, más Ceuta y Melilla.

Cafeteria Llorente


Aventura Cántabra - Día 4: Picos de Europa


Por Tim:

Paramos en este pueblo tras bajar de los picos de Europa (que creo que tenían menos nieve que mi nevera) porque me había encaprichado de ver una especie de río que me recordaba al "Simon the Sorcerer" (me suena de que he hablado antes del Simon the Sorcerer en este blog) y en ese mismo río comimos. Nos metimos por medio de un molino hasta descubrir un montón de cacharros viejos pero habían cosas que me daba palo tocarlas por si me daba la corriente. Había una exposición en una iglesia sobre tortura medieval. Desde la otra orilla del río amurallado divisamos un bar cuyos balcones daban directamente a 20 metros sobre el río, y allí decidimos ir a tomarnos la cerveza. Habían dos: El bar Llorente y otro, pero nos metimos en ese por que el otro parecía mas Pub (aunque luego creo que era lo mismo) y nos pedimos unas birras (pero no tenían tercios, nos pusieron cañas) y vimos que los dueños eran argentinos. Al café con leche lo llaman medianos (como si fuesen hobbits).

Os recomiendo que vayáis a este pueblo porque esta todo hecho de piedra, es precioso y esta todo lleno de bares. Es una pena que no tuviéramos tiempo para pasar todo un día allí, pero seria en todo caso una genial idea.

Cafetería Teleférico de Fuente Dé


Aventura Cántabra - Día 4: Picos de Europa


Por Steve:


Estamos un poco cansados de escribir sobre Cantabria, así que lo que nos queda lo pondremos casi de un tirón durante los próximos días.

Para llegar a los Picos de Europa, nuestro último destino cántabro, había casi dos horas de trayecto, y gran parte de ese trayecto transcurría por una carretera serpenteante y estrecha, que se trazaba entre las escarpadas paredes de unas montañas infinitamente altas y un riachuelo. A lo largo del recorrido nos cruzábamos con pueblos que no tenían más de dos casas y veíamos a lo lejos cabras y de más animalejos que jamás se verían en Valencia. Todo maravilloso.
Llegamos hasta Fuente Dé, que es el lugar al que te lleva el GPS si le dices que quieres ir a los Picos de Europa desda Santander. Fuente Dé es un lugar rodeado de montañas nevadas, pero como en aquel momento Cantabria era el único lugar de España que no estaba siendo azotado por una ola de frío, no quedaban más que los restos ya derritiéndose de nevadas anteriores. Había un teleférico que te subía hasta el pico más alto de una de esas montañas, Spectrum se quiso montar pero le dijeron que hacía demasiado viento. Era mentira, de hecho pienso que el teleférico sólo lo han puesto en marcha para las fotos de los folletos turísticos. Aun con eso el lugar era cojonudamente bonito, y en un lugar tan cojonudamente bonito no podía faltar una cafetería. Pedimos 3 tercios (por primera vez nos entendieron al decir 'tercios') que costaron 2€ cada uno y resultaron ser San Miguel 1516. Preferimos tomarlos fuera, en los bancos mojados y tomando el fresco a hacerlo dentro con todo el mogollón de gente, y así, poder llamar tranquilamente a Roman por su cumpleaños.

- Hey, Roman! Estamos celebrando tu cumpleaños en los Picos de Europa con unas San Miguel 1516. ¿Qué te parece?

- Me parece estupendo, yo lo celebro trabajando en un pueblo de mierda en Castellón.

- Vaya...

- Sí...

- Nos tomaremos una a tu salud.

- Gracias, tío.

No nos despedimos de Roman sin prometerle antes que le compraríamos unas Ambar al pasar por Zaragoza. Más tarde, brindamos por él, nos bebimos nuestras cervezuelas y nos fuimos a hacer senderismo un rato. Tim se sintió inspirado por lo maravilloso del paisaje y quiso hacer senderismo al tiempo que tocaba la guitarra, cosa le costó pisar una mierda de vaca y resbalarse con un trozo de hielo. Al volver ya tocaba comerse los bocatas de fiabre y decidimos hacerlo en un bonito pueblo que habíamos visto antes, pero eso nos lo contará Tim en la siguiente entrada. ;)


sábado, 13 de febrero de 2010

Bar de la universidad de Caminos y Puentes

Avda. de las Castros, s/n


Aventura Cántabra - Día 3: Santander

Por Tim:

Cuando caminábamos por Santander, recien llegados a la ciudad, tras haberme tomado un caldo de pollo, caminábamos buscando bares pero nos perdimos andando por un barrio residencial, en el que no había más que casas y hoteles de un tamaño monstruoso. Había uno en el que desde la puerta del hotel en la valla hasta la del edificio habia que pillar coche, no digo más. Nos perdimos en unos callejones mientras subíamos por una de sus 67789678 cuestas arriba y allí le hice una foto a un cartel descolorido que mostraba la imagen de una chica sexi. Si Steve la quiere colgar, que la cuelgue (no digo nada eh Steve).




No sé cómo ni por qué acabamos en la calle de las universidades, y yo, acostumbrado a beber en Tarongers decidí que alli debiamos entrar. Steve me puso malas caras pero yo dije que sí, me empeciné y ademas dije que allí por fin íbamos a poder ver a alguna chica, que no habiamos visto ninguna aun en la ciudad yo creo. Esto los convenció y entramos.
Preguntamos por el bar, nos llevaron a un sitio que era el clon de cualquier bar de instituto. No se podía fumar. Había una camarera mayor y otra que era negra y parecía dominicana (intuición, no preguntéis) y sus dos hijas por ah danzando y bailando reggaeton y dando por culo, pero nos daba risa. Estábamos en la sección de Caminos y Puentes. Salimos a una especie de escaleras que conectaban con los otros distritos de la uni, con nuestros tercios, para que yo fumase, y allí habían dos chicas hablando con otros tres chicos, pero sólo hacían caso a un tío de rastas. Hablaban de viajes y cosas así, y bebían quintos. Nosotros nos pusimos a hablar del Señor de los Anillos, el cual, por cierto, estoy intentando acabar (voy por el segundo libro y me parece que no voy a seguirlo).

Como el bar era barato y tenía precios para estudiantes, decidimos comer allí unas hamburguesas, que estaban de puta madre (yo me pedí la Hamburguesa Caminos, que es la especial de la casa, sólo por el nombre, me daba igual lo que llevara) Allí leimos el periodico y vimos que Denzel Washington cumplía 75 años segun el periodico local, y ademas, nuestros horoscopos (Leo: Spectrum, Libra: Steve y Escorpio: Tim) y clavaron todo lo que habíamos hecho y pensado cada uno aquel día. No recuerdo los detalles pero nos dio que pensar.

En ese momento nos dimos cuenta de que nos estabamos quedando sin dinero y decidimos que todo lo que nos quedaba debiamos guardarlo para transporte y cerveza (o sea guardar pasta para la gasolina y ver cuánto teníamos para beber, puesto que teníamos comida para sobrevivir unos días)

Continuaremos esta aventura en la siguiente entrada.


viernes, 5 de febrero de 2010

Bar el Camello


Aventura Cántabra - Día 3: Santander
Por Steve:
Habíamos estado deambulando por la playa del Camello, Santander, buscando algo que regalarle a Ali (si nos está leyendo, nuestra camarera favorita). Era la mañana en que Denzel Washington cumplía 75 años según la prensa cántabra. Salíamos de la arena cuando...pum! un bar frente a nosotros que bien podía ser un espejismo, éste consistía en una barra en la pared del otro lado del paseo. Ahí puesta en medio de la nada como el que no quiere la cosa.
Nos acercamos a pedir lo que todo el mudo cree que vamos a pedir cuando Tim nos sorprende diciéndole al señor camarero que le encantaría tomarse un caldo de pollo, opción respetable que le priva de escribir esta entrada. Yo sí sigo el protocolo y pido dos cervezas para Spectrum y para mí y un paquete de papas, pero a esto último hacen como que no lo han escuchado, ¿Razón? más adelante.
Antes de sentarnos en las 3 únicas sillas de la única mesa del bar compruebo en la lista de precios que la cerveza nos costará la asequible cantidad de 1'80 cada una.
Al traernos las cervezas y el caldo de pollo nos preguntan si queremos algo para picar y respondemos asintiendo frenéticamente con la cabeza y sonrisas de tonto. Nos trae el camarero seis rodajas de pan con ensaladilla por encima y nos explica orgulloso que lo de la ensaladilla no es atún sino bonito del norte, pescado en esos mismos mares. Debo decir que aquello estaba cojonudo, y bien lo sabía la fauna autóctona porque al momento nos vimos rodeados de buitres, buitres que tendrían la forma y tamaño de palomas y gorriones pero que en comportamiento eran como los que se ven en los documentales limpiando los restos que dejan los leones. Se acercaban sin miedo ni pudor alguno, con mirada desafiante, como diciendo 'hey! chico, si no me das algo de eso, iré yo a buscarlo'. De modo que les lanzábamos lo que nos caía en la mesa, más por presenciar su encarnizada lucha por un trozo de huevo que por tenerlos satisfechos. Seguro que Hitchcock también se tomó una cervecita allí.
En un momento dado Tim sintió la llamada de la naturaleza y se ausentó durante un tiempo excesivo, al cabo de un buen rato escuchamos reír a los abuelos que allí se hallaban (abuelos que a parte de hablar del fútbol y el tiempo, gustaban de tirar piedras a una moto aparcada delante ), y de entre esos abuelos aparece Tim, se sienta y nos dice: "tíos, que me no podía salir del baño" (más risas).
A la hora de pagar, sentimos un afilado picor en la espalda cuando nos dicen que debemos 12€ (2 cervezas, un caldo de pollo y 'algo pa picar'). Una de dos, o Tim estuvo tanto tiempo en el baño que le cobraron la estancia o nos comimos sobre aquella mesa al último bonito del norte que quedaba en el mar. Supongo que de ponernos un paquete de papas para acompañar las birras en lugar de 'unos pinchitos pa picar' la cuenta no hubiera llegado a 7€.
Concluyo diciendo que aun con hachazo y todo, será una lástima ver desaparecer esa barra de bar en medio de la nada por la llamada ley de costas. Algo me dice que la infinidad de campos de golf que tiene toda Cantabria al borde del mar van a seguir ahí por los siglos de los siglos.

lunes, 1 de febrero de 2010

Bar la plaza


Aventura Cántabra - Día 2: Aledaños del pueblo

Por Tim:

Se había hecho de noche ya, y teníamos que cenar. Aunque en nuestro refugio teníamos garbanzos y mortadela y demas delicatessens hicimos un esfuerzo y al ver que en este bar donde estábamos bebiendo birras las hamburguesas estaban bastante baratas, decidimos cenar allí. En este bar, que creo que fue el más grande donde estuvimos, olía muy bien y estaba lleno de gente mayor hasta reventar (vamos, como toda Cantabria)

La comida estaba cojonuda, tanto que Spectrum cenó dos veces, y entonces me llamó mi primo Vela desde Valencia para ver cómo iba la cosa, si nos tenía que mandar el helicoptero para rescatarnos o qué. Le dije que no se impacientara, pero la verdad es que no las tenía todas conmigo: Debíamos volver a Hinojedo por la carretera y ya era de noche cerrada. Además la señora del bar que rondaba los 500 años nos dijo que había habido ataques a las ovejas por parte de Hombres Lobo. Aun así, no nos amedrentamos. Pagamos y decidimos andar, pero cuando ya salimos del pueblo y dejamos atrás la última farola, una sombra de alta estatura y llena de pelo y con dos grandes colmillos salió de la espesura armado con una ametralladora en cada mano además, y nos dimos por muertos. En ese momento apareció el último autobús de la noche, que con sus focos espantó a el misterioso agresor, y supimos que nos llevaría a casa.
Y todo esto antes de las 9 de la noche. Eso sí, en cuanto llegamos al albergue abandonado nos fuimos a dormir porque estábamos hechos una mierda.

sábado, 30 de enero de 2010

Bar Papua


Aventura Cántabra - Dia 2: Aledaños del pueblo

Por Steve:

El mismo día que fuimos a visitar la central térmica de Barreda decidimos aprovechar la tarde en buscar la playa de La Concha (La de Suances, no la de Donosti). Ésta se suponía que estaba a 2 kilómetros del albergue, de modo que nos íbamos andando, que nos vendría bien caminar un poco, pero esos 2 kilómetros resultaron ser cosa de 6. 6 kilómetros que nos recorrimos cuesta arriba cuesta abajo como 3 auténticos campeones. Y todo para ver una playa, que por lo visto aqui en Valencia no hay.

No pudimos resisitirnos a pisar la arena, sobre ella había una fina capa de agua que empezaba cosa de 100 metros antes de llegar a lo que viene ser la costa. Tim no dudó en mojarse un poco los pies para recorrer esos 100 metros, meter a mano en el agua y poder decir que ha tocado todos los mares/océanos que bañan España. Mientras, yo me quedé en la arena seca observando lo que siempre se ve en todas las playas del norte, gente abrigada paseando al perro. Al volver daba una pereza enorme recorrer de nuevo los 6 kilómetros para casa, tal que a los 10 minutos de andar desistimos y nos metimos en un bar.

En Valencia, esa gente que es demasiado mayor para jugar a fútbol en los parques pero demasiado joven para saber (o poder) disfrutar de unas cervezas con los colegas en la barra de un bar, los llamados pubertosos, pasan las tardes dando vueltas por Nuevo Centro o cualquier otro centro comercial. Pero en el modesto pueblo de Suances, a media hora en coche de Santander, no tienen centros comerciales, de modo que los cuatro pubertosos que acumula el pueblo se meten en este lugar llamado 'Bar Papua'.
Era un lugar con futbolín, dardos y no estoy seguro pero creo que también billar. La camarera, que era una muchacha muy maja pero que parecía demasiado joven, de esas a las que jamás dejarán de pedirle el carné en las dicotecas, nos puso 3 quintos porque no tnía 'medias' (ya en El Descanso nos dijeron que así es como llaman a los tercios), solo que allí los quintos tampoco se llaman quintos, se llaman cuartos (¿cuarto de qué? ¿de galón? ¿de pie cúbico? No tiene sentido). A nuestro alrededor había lo que ya he mencionado antes, pubertosos por aquí y por allá, sólo habían 2 personas a las que no superábamos en edad: los padres de un niño que pronunciaba sus primeras palabras, a la edad que todo niño dice 'mamá' y 'papá' aquel chavalín sólo decía 'hijoputa' y 'cojones'. Ante todo este panorama menos mal que teníamos en la tele a Carmen Alcayde, cosa de agradecer tiendo en cuenta que en todo bar de Valencia sólo puedes ver a Chuck Norris por Canal 9. Otro punto a favor eran las Crepes que te hacía la camarera 'Peter Pan' al momento, Spectrum pidió una de chocolate que todos tastamos y bien buena que estaba.

Y hasta quí lo que recuerdo, escribo todo esto de un tirón justo antes de irme a currar. Que pasen un buen y cervecil fin de semana.

martes, 19 de enero de 2010

Bar el Descanso



Aventura Cántabra - Dia 2: Aledaños del pueblo



Por Tim

Habíamos andado varios kilometros desde Hinojedo, donde estábamos alojados y caminamos hacia el sur por la carretera, andando y viendo varios bares. Vimos varias vacas que parecían de mentira hasta que se movían, y pudimos comprobar que allí la gente en su jardin a veces tiene ovejas en lugar de perros. Caminamos de mañana hasta el cercano pueblo de Barreda, que limitaba con el rio Besaya. Allí mis ojos pudieron comprobar algo que había visto antes desde la carretera, y era una enorme central Térmica cuyas luces había visto reflejadas en el río, cosa que me pareció preciosa cuanto menos. Pero de día era otro cantar: si me había parecido bonito de noche, cuando pude verla bien me pareció una de las obras más increibles que haya visto jamás. Las chimeneas que llegaban hasta mitad del cielo con sus escaleras que un hombre con el corazán débil jamás podría subir, sus calles en la propia central que parecían salidas de una película cyberpunk y en las que imaginaba tiroteos, persecuciones y a Plissken Snake. Siempre he tenido una fijación con las industrias y aquella en aquel lugar ensimismo mi corazón. Espero que las fotos le hagan justicia, pero si sois frikis de estos temas os aconsejo que la veais un día, a las diez u once de la mañana, en su pleno esplendor. Estoy seguro que es la fuente de ingresos del pueblo y espero que siga estando ahí muchos años aunque sea nociva para el ecosistema.

Cuando volvimos camino de regreso, pasamos muchos bares hasta llegar al más cercano a Hinojedo, el primero que habíamos visto. Se llamaba Bar el Descanso y estaba en la propia carretera. Entramos y sólo habían dos abuelos norteños que hablaban sobre las virtudes de Guardiola como entrenador del Barça, decían que era un hombre que no decía nunca una palabra más alta que la otra y nunca subestimaba a sus adversarios.

Pedimos tres quintos, puesto que aún se seguían confundiendo cuando pedíamos tercios y nosotros seguíamos pidiéndolos sin pensar, y sin pedirlo nos pusieron un plato grandísimo con gambas como puños de grandes. Fue una pena por que no nos gustaran a ninguno y las devolvimos, y nos pusieron cacaos. Vimos en la tele una película sobre un tipo que quería hacer un grupo y triunfar en el Rock and Roll. Cuando pedimos los siguientes tres y un plato de bravas, el bar ya estaba lleno de gente misteriosamente, gente con hijos sobre todo, que irían a echar la birra de antes de comer, una cosa que siempre ha molado aunque luego no tengas hambre.



Las bravas resultaron ser un plato enorme de patatas precocinadas eso sí, aunque no nos quejamos porque dado que nos íbamos a poner como el kiko y nos habían traido todas las salsas del mundo para que las echáramos nos pareció genial. Me sorprendió ese detalle, ojalá los bares pusiesen siempre así las tapas, pues son estas patatas mi comida favorita del mundo. No recuerdo lo que valían pero vamos unos once euros no nos los quito nadie. Un nueve muy gordo para este bar.

lunes, 18 de enero de 2010

El Tapeo

C/Batalla de Villalar

AVENTURA CÁNTABRA - Día 1: El Viaje

Por Steve:



Me hace gracia decir que me fui hasta Burgos para tomarme una cerveza, y es que entre mis amigos siempre se ha dicho que algo está en Burgos cuando lo que hemos querido decir es que está a tomar por saco. De modo que: Burgos = donde Cristo perdió el mechero (En Valencia se dice también mucho eso de 'a fer la ma' pero es algo que ni los propios valencianos terminamos de entender).


Ya habíamos almorzado en Cuenca y comido en Madrid, por fuerza la siguiente parada debía ser para merendar, y qué mejor merienda que una cervecica en esta encantadora ciudad de Castilla...No nos demoramos mucho en encontrar un buen lugar, casualmente entramos para aparcar en una calle que tenía un bar cada dos pasos (¿Veis por qué es mejor que Madrid? ¿Lo veis?), especialmente nos llamó la atención uno llamado 'El Tapeo'. En la entrada habían 2 niñas diciendo que tenían miedo de entrar pero una vez dentro nos pareció un lugar de lo más acogedor. No ponían tapas, pero era de estos lugares pequeños que tanto nos gustan, con las mesas justas para los cuatro abueletes que lo frecuenten.

Lo llevaba una señora de unos 40 años.


- ¿Nos pones 3 tercios?


- ¿Qué?


- Cerveza...


- Ah! Vale


Y no sé muy bien qué entendió la señora, pero en lugar de 3 tercios nos puso 3 quintos y 3 mecheros. Y allí nos los bebimos (sólo los quintos, los mecheros nos los guardamos) al tiempo que escuchábamos música que no gusto a Spectrum por estar obsoleta, ya que era del 2005, toda una afrenta para él.No tuve ocasión de comprobarlo pero tanto Tim como Spectrum coinciden en que era un show entrar en el baño, que de tan reducido que era aquello, la puerta golpeaba con el retrete al abrir y tenían que inventarse peripecias para poder meterse. Aun así y todo el lugar me moló, y más aun cuando nos cobraron na más que 3 euros por los 3 quintos (¿Lo veis? ¿Lo veis?).


Al salir de allí decidimos pasearnos un poco por Burgos. Había oído decir que es de las ciudades más frías de España pero en aquella tarde-noche estábamos a 3 gratificantes grados. Y aunque no vimos nada típico de allí (si es que hay algo típico burgalés más allá del queso fresco) me gustó bastante la ciudad y el tranquilo ambiente que allí se vivía.


Y nada más por hoy, la siguiente entrada ya desde Cantabria. Nos la narrará Tim con mucho gusto.

miércoles, 13 de enero de 2010

Bar de nombre desconocido

Pje del Can Menor

AVENTURA CÁNTABRA - Día 1: El Viaje

Por Steve:


Algunas horas despues de que nos paráramos en un pueblo remoto de la Mancha para almorzar, nos detuvimos en Madrid para comer. Y no porque nos guste especialmente la capital si no porque teníamos que pasar por cojones y ya apretaba el hambre. Nos costó cosa de 20 maniobras encajar el coche en la única plaza de aparcamiento libre de "la gran ciudad", tan ajustado quedó en la plaza que pensamos que a la hora de sacarlo tendríamos que volcarlo y revolcarlo. Pero de eso ya nos encargaríamos más tarde, lo que tocaba ahora era buscar un bar en el que acompañar nuestro bocata casero con una cerveza y tampoco eso nos fue fácil. No sé en que zona de Madrid nos metimos pero tardamos eones en concluir nuestra búsqueda. Inimiaginable en cualquier otro punto de España. Indignado estoy aun.

Primero vimos una cervecería que tenía buena pinta aunque con precios que se pasaban 3 pueblos, asi que seguimos buscando y al cruzar la esquina había otro bar, más pequeño y modesto, en una calle tan insignificante que no sale en el StreetView de Google Maps (razón por la cual desconozco el nombre del lugar). Estaba regentado por unos chavales argentinos que dudaron si nos dejaban comer nuestros bocatas caseros en su local: 'Bueno, vale. Pero porque es navidad', dijeron. Nos pedimos 3 minijarras de cerveza a 2'20 cada una y allí nos comimos nuestros bocatas de mamá. Tim era el tercer bocadillo de fiambre que se comía a lo largo del día y para variar decidió darle la vuelta a este, con la corteza por dentro y la molla por fuera. Todos pensamos que iba a ser el invento del siglo pero no. Era exactamente lo mismo solo que con un tacto más suave y blandito.
Al terminar de comer, Spectrum se acercó a la barra con sus andares de tío duro.


- Os voy a pedir algo y os voy a ir diciendo cómo se hace porque aquí no sabréis lo que es. ¿Tenéis leche condensada?

- No, lo siento, no podemos hacerte un bombón.

- oh...vale, pues entonces ponedme un cortao.

Y el cortao le costó 1'50 al bueno de Spectrum (Por cerca de 2 euros le hubiera salido el bombón de haber leche condensada).


Concluiré diciendo lo que ya sabía antes iniciar nuestro viaje a Cantabria. Madrid es un asco. Y ¿Por qué esta antipatía irracional? He estado varias veces allí y nunca le he visto nada bueno ¿Habeis visto aquel capítulo de Los Simpsons en el que Homer odia Nueva York? Pues si no lo habeis visto vedlo, que lo mio es algo pareceido. Aunque reconozco que si este bar estuviera en Valencia con sus precios normales y tal, no me hubiera disgustado.
y aquí me despido, próxima parada, Burgos, eso si era una ciudad como Dios manda. Un abrazo para todos los madrileños, aunque vivan en una ciudad de mierda. ;)

jueves, 7 de enero de 2010

Bar Paraiso

Carretera Madrid - Valencia, Km 167, Honrubia (Cuenca)


AVENTURA CÁNTABRA - Día 1: El Viaje

Por Tim:

Desde pequeño siempre me han fascinado esos bares que venden navajas en ellos, puesto que yo me entretenía mirándolas mientras mi familia, que no son pocos, cenaban. Siempre estaba la típica navaja gorda que te preguntas realmente si es de verdad (rollo como una barra de pan pero gorda) con sus precios pegados ahí. Pues esos bares sólo están en la provincia de Cuenca que yo sepa, y allí fue justamente donde paramos Spectrum, Steve y yo en nuestro viaje a Cantabria. Nos paramos a la hora y pico de camino en este lugar para almorzar nuestros bocatas de casa, era un bar grande donde nadie te iba a mirar mucho. Yo me hice un bocata de chorizo con un pan que compré a una rumana en un horno justo al otro lado de la carretera, casi me atropellan por idiota, que cruzo las carreteras como si fuesen las calles de Valencia normales y corrientes.

Como tenía un hambre acojonante me hice un bocata con lo que quedaba de barra. A todo esto nos habíamos pedido dos cañas y un café para spectrum, y creo que fue Steve quien se pidió una tostada con aceite y sal (madre mía que memoria ehhhh). 6'40 nos costó la movida y nos llevamos un sobre de café customizado para criticar el bar y que no se nos olvidase la ubicación del sitio, vamos como en el Fallout 2, que para que te salgan los sitios en el mapa te tiene que decir alguien dónde están.

Diré que me bebí esa cerveza muy despacio porque no íbamos a pedir mas. Y como al recordarlo me parece que tenía que haber bebido un poco más, para compensar, me voy a abrir una lata ahora mismo. Antes de cerrar esta sesión iniciada de blogspot, añadiré que según Spectrum el café estaba muy bueno. No sé hasta qué punto tiene credibilidad este hombre como experto de cafés pero le creemos porque es nuestro amigo y vosotros los nuestros, así que creednos y en resumen confiad en Spectrum también. En la foto me podeis ver con un mapa de la ciudad de Honrubia vista en aéreo, algo que queda muy bien en cualquier bar y se pusó muy de moda en algún tiempo pretérito porque siempre están descoloridos.