UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




sábado, 13 de febrero de 2010

Bar de la universidad de Caminos y Puentes

Avda. de las Castros, s/n


Aventura Cántabra - Día 3: Santander

Por Tim:

Cuando caminábamos por Santander, recien llegados a la ciudad, tras haberme tomado un caldo de pollo, caminábamos buscando bares pero nos perdimos andando por un barrio residencial, en el que no había más que casas y hoteles de un tamaño monstruoso. Había uno en el que desde la puerta del hotel en la valla hasta la del edificio habia que pillar coche, no digo más. Nos perdimos en unos callejones mientras subíamos por una de sus 67789678 cuestas arriba y allí le hice una foto a un cartel descolorido que mostraba la imagen de una chica sexi. Si Steve la quiere colgar, que la cuelgue (no digo nada eh Steve).




No sé cómo ni por qué acabamos en la calle de las universidades, y yo, acostumbrado a beber en Tarongers decidí que alli debiamos entrar. Steve me puso malas caras pero yo dije que sí, me empeciné y ademas dije que allí por fin íbamos a poder ver a alguna chica, que no habiamos visto ninguna aun en la ciudad yo creo. Esto los convenció y entramos.
Preguntamos por el bar, nos llevaron a un sitio que era el clon de cualquier bar de instituto. No se podía fumar. Había una camarera mayor y otra que era negra y parecía dominicana (intuición, no preguntéis) y sus dos hijas por ah danzando y bailando reggaeton y dando por culo, pero nos daba risa. Estábamos en la sección de Caminos y Puentes. Salimos a una especie de escaleras que conectaban con los otros distritos de la uni, con nuestros tercios, para que yo fumase, y allí habían dos chicas hablando con otros tres chicos, pero sólo hacían caso a un tío de rastas. Hablaban de viajes y cosas así, y bebían quintos. Nosotros nos pusimos a hablar del Señor de los Anillos, el cual, por cierto, estoy intentando acabar (voy por el segundo libro y me parece que no voy a seguirlo).

Como el bar era barato y tenía precios para estudiantes, decidimos comer allí unas hamburguesas, que estaban de puta madre (yo me pedí la Hamburguesa Caminos, que es la especial de la casa, sólo por el nombre, me daba igual lo que llevara) Allí leimos el periodico y vimos que Denzel Washington cumplía 75 años segun el periodico local, y ademas, nuestros horoscopos (Leo: Spectrum, Libra: Steve y Escorpio: Tim) y clavaron todo lo que habíamos hecho y pensado cada uno aquel día. No recuerdo los detalles pero nos dio que pensar.

En ese momento nos dimos cuenta de que nos estabamos quedando sin dinero y decidimos que todo lo que nos quedaba debiamos guardarlo para transporte y cerveza (o sea guardar pasta para la gasolina y ver cuánto teníamos para beber, puesto que teníamos comida para sobrevivir unos días)

Continuaremos esta aventura en la siguiente entrada.


viernes, 5 de febrero de 2010

Bar el Camello


Aventura Cántabra - Día 3: Santander
Por Steve:
Habíamos estado deambulando por la playa del Camello, Santander, buscando algo que regalarle a Ali (si nos está leyendo, nuestra camarera favorita). Era la mañana en que Denzel Washington cumplía 75 años según la prensa cántabra. Salíamos de la arena cuando...pum! un bar frente a nosotros que bien podía ser un espejismo, éste consistía en una barra en la pared del otro lado del paseo. Ahí puesta en medio de la nada como el que no quiere la cosa.
Nos acercamos a pedir lo que todo el mudo cree que vamos a pedir cuando Tim nos sorprende diciéndole al señor camarero que le encantaría tomarse un caldo de pollo, opción respetable que le priva de escribir esta entrada. Yo sí sigo el protocolo y pido dos cervezas para Spectrum y para mí y un paquete de papas, pero a esto último hacen como que no lo han escuchado, ¿Razón? más adelante.
Antes de sentarnos en las 3 únicas sillas de la única mesa del bar compruebo en la lista de precios que la cerveza nos costará la asequible cantidad de 1'80 cada una.
Al traernos las cervezas y el caldo de pollo nos preguntan si queremos algo para picar y respondemos asintiendo frenéticamente con la cabeza y sonrisas de tonto. Nos trae el camarero seis rodajas de pan con ensaladilla por encima y nos explica orgulloso que lo de la ensaladilla no es atún sino bonito del norte, pescado en esos mismos mares. Debo decir que aquello estaba cojonudo, y bien lo sabía la fauna autóctona porque al momento nos vimos rodeados de buitres, buitres que tendrían la forma y tamaño de palomas y gorriones pero que en comportamiento eran como los que se ven en los documentales limpiando los restos que dejan los leones. Se acercaban sin miedo ni pudor alguno, con mirada desafiante, como diciendo 'hey! chico, si no me das algo de eso, iré yo a buscarlo'. De modo que les lanzábamos lo que nos caía en la mesa, más por presenciar su encarnizada lucha por un trozo de huevo que por tenerlos satisfechos. Seguro que Hitchcock también se tomó una cervecita allí.
En un momento dado Tim sintió la llamada de la naturaleza y se ausentó durante un tiempo excesivo, al cabo de un buen rato escuchamos reír a los abuelos que allí se hallaban (abuelos que a parte de hablar del fútbol y el tiempo, gustaban de tirar piedras a una moto aparcada delante ), y de entre esos abuelos aparece Tim, se sienta y nos dice: "tíos, que me no podía salir del baño" (más risas).
A la hora de pagar, sentimos un afilado picor en la espalda cuando nos dicen que debemos 12€ (2 cervezas, un caldo de pollo y 'algo pa picar'). Una de dos, o Tim estuvo tanto tiempo en el baño que le cobraron la estancia o nos comimos sobre aquella mesa al último bonito del norte que quedaba en el mar. Supongo que de ponernos un paquete de papas para acompañar las birras en lugar de 'unos pinchitos pa picar' la cuenta no hubiera llegado a 7€.
Concluyo diciendo que aun con hachazo y todo, será una lástima ver desaparecer esa barra de bar en medio de la nada por la llamada ley de costas. Algo me dice que la infinidad de campos de golf que tiene toda Cantabria al borde del mar van a seguir ahí por los siglos de los siglos.

lunes, 1 de febrero de 2010

Bar la plaza


Aventura Cántabra - Día 2: Aledaños del pueblo

Por Tim:

Se había hecho de noche ya, y teníamos que cenar. Aunque en nuestro refugio teníamos garbanzos y mortadela y demas delicatessens hicimos un esfuerzo y al ver que en este bar donde estábamos bebiendo birras las hamburguesas estaban bastante baratas, decidimos cenar allí. En este bar, que creo que fue el más grande donde estuvimos, olía muy bien y estaba lleno de gente mayor hasta reventar (vamos, como toda Cantabria)

La comida estaba cojonuda, tanto que Spectrum cenó dos veces, y entonces me llamó mi primo Vela desde Valencia para ver cómo iba la cosa, si nos tenía que mandar el helicoptero para rescatarnos o qué. Le dije que no se impacientara, pero la verdad es que no las tenía todas conmigo: Debíamos volver a Hinojedo por la carretera y ya era de noche cerrada. Además la señora del bar que rondaba los 500 años nos dijo que había habido ataques a las ovejas por parte de Hombres Lobo. Aun así, no nos amedrentamos. Pagamos y decidimos andar, pero cuando ya salimos del pueblo y dejamos atrás la última farola, una sombra de alta estatura y llena de pelo y con dos grandes colmillos salió de la espesura armado con una ametralladora en cada mano además, y nos dimos por muertos. En ese momento apareció el último autobús de la noche, que con sus focos espantó a el misterioso agresor, y supimos que nos llevaría a casa.
Y todo esto antes de las 9 de la noche. Eso sí, en cuanto llegamos al albergue abandonado nos fuimos a dormir porque estábamos hechos una mierda.