UN SEGUIMIENTO DE LOS BARES A TRAVÉS DE LA COMUNIDAD VALENCIANA Y EL RESTO MUNDO




lunes, 29 de marzo de 2010

El Barecito


Por Steve:

Érase una vez un hombre enamorado de una dama que alcanzaba los 10 km de costado a costado. Steve era el nombre de nuestro caballero y Valencia el de la amada.
Una noche de lujuria y desenfreno, no pudo nuestro protagonista más que maravillarse por la elegancia y soberbia en la que, con motivo de su más apreciado festejo, había Valencia sido engalanada. Quiso acariciar paso a paso cada una de sus aceras y quiso besarla en cada bar a través de una botella. De modo que buscó perderse entre las más íntimas calles de la dama. Guióse a ciegas por esta, embriagado por su perfume a buñuelos y sus pirotécnicos susurros, hasta terminar borracho de amor y cerveza en El Barecito.

viernes, 12 de marzo de 2010

Jamón del Medio



Por Pidgeotto:

No soy más que un pollo de peluche que vive en la mochila de Tim. Acompaño siempre a estos energúmenos que se hacen llamar birracentristas y que se enorgullecen de llenar todo un blog de paparruchas sobre sus experiencias en bares. A mí, personalmente, lo que escriben me parece superfluo y pretencioso. De hecho, escribo esto con mi suave pico naranja, para demostrar al mundo que una mierda algodón envuelto en tela amarilla es capaz de hacerlo mejor que ellos.


Grace quería salir de su casa aquella tarde sólo para huir del señor del gas que debía visitarle, y no le costó demasiado arrastrar con ella a los papanatas de Tim y Steve. Aquel dia me apetecía estirar las plumas un poco así que me hallaba con ellos. No suelo beber pero ya habíamos pasado por el Black Sheep y digamos que se me calentó el pico. Cuando entramos al bar Jamón del Medio vimos que colgaban varios jamones, así que Steve dijo de entrar aunque al resto no nos hacia gracia. Pero aun así nos metimos, como si Steve siguiera un reguero de alpiste. Nos sentamos en torno a un barril y vimos que al lado nuestro había uno gran abrevadero lleno de cacaos con corfa y sal. puestos ahí para que se sirvieran los clientes ellos solitos. Pedimos sendas San Migueles para todos y estos pensaron que en un lugar que tiene jamones y embutido colgando de las paredes, era un insulto no comer más que cacahuetes. Steve fue a la barra a pedir algo y al rato volvió el camarero con un plato de chorizo salchichón y queso. A opinión de Grace, era todo del Mercadona, eso sí, el pan estaba buenísimo. Como bien sabeis, los pollitos sólo comen semillas y gusanos, de modo que no puedo opinar, me centré en los cacahuetes. A día de hoy, Grace todavía le reprocha a Steve el precio (7`50) y la calidad de los ibericos que se comieron, a pesar de comerselos bien a gusto.

Tras salir de allí, volvimos a Paterna. Tim se metió en la cama con su ebriaguez y yo aproveché para releer y corregir libros de Herman Hesse y Samuel Beckett. Sin más dilación, pongo punto final con un gran golpe de pico.

viernes, 5 de marzo de 2010

Pequeño Café del Rock

Calle de San Antonio María Claret 54(Zaragoza)


Por El_TiM:

Cuando llegamos a Zaragoza nos dedicamos a buscar a una chica, una chica que conocia Steve desde un Monsters of Rock, cuando Stanley les pidio vino para un calimoxo. La chica en cuestion se llamaba Cindy, y la llamamos y accedió a que quedaramos con ella en la puerta de su casa. Spectrum aparcó a pocas manzanas. Cuando bajó me sorprendio que fuese una chica muy bajita y muy guapa. Nos llevó a un supermercado donde compramos un pack de Ámbar para celebrar el cumpleaños de Román, y luego nos habló de este lugar, porque ya que en aquella reunion quien mas y quien menos era un Hevyata (Steve ultimamente el que menos, esta renegando ya), decidio llevarnos a un sitio lleno de METAL


Y he aqui que estamos buscando el sitio con el GPS en el coche de ruben lleno de trastos y a las siete de la tarde o a saber que hora seria nos plantamos en aquel garito, donde estaban poniendo creo recordar a los Twisted Sister o a los W.A.S.P. Nos sentamos en una mesa alta y nos pedimos una ambar. No recuerdo lo que nos costó pero sé que reuniendo la pasta aun creo que me daba para otra. Estuve contandole, a aquella desconocida para mi, mis problemas de amor que tenia en ese momento (me habia liado con una chica que me gustaba pero no me llamaba y yo no la queria llamar para ver si se interesaba un poco. Esto asi suena breve pero si me pongo a contarlo con detalles y con ganas estoy tres horas hablando sin parar) La chica me escuchó con la paciencia de una santa y me dio algun consejo que ya he olvidado. Nos dijo que trabajaba en un horno en el que no hacian panes, que se los traian hechos. Me cayo muy bien. Es un bar en el que seguro que por las noches hay bastante ambiente pero en esos momentos no habia nadie casi. Con la cortesia que nos caracteriza nos despedimos y nos fuimos ya a nuestra casa en Valencia, donde llegamos a las tantas, y hacia mucho mas frio que en cualquier parte donde hubieramos estado en aquellos cuatro dias.

El Resbalón


Aventura Cántabra - Día 5: El regreso


Por Steve:

En la triste vuelta a casa seguimos el trayecto que nos hiciera parar en Logroño y Zaragoza. De este modo, atravesamos los prados de Cantabria para adentrarnos en los bosques de Euskadi, y salimos de los bosques de Euskadi para meternos en una región en la que no había otra cosa a lo largo y ancho del paisaje que no fuesen viñedos y bodegas.

Nada más llegar a Logroño fuimos a un Consum, compramos 4 barras de pan, sacamos la comida que nos quedaba y lo devoramos todo sentados en un parque, como sucios vagabundos. La gente que pasaba a nuestro alrededor nos miraba con desprecio, alguno incluso dudaba si tirarnos monedas. Lo cierto es que en nuestros bolsillos quedaba los justo para un par de cervezas y la gasolina para llegar a Valencia. Y exactamente en eso gastamos el dinero.
Entramos al primer bar cutre que vimos, uno que estaba justo delante del coche. Típico bar de abuelos.

- Oye! ¿Nos pones 3 tercios?

- ¿?

- ¿Medias?

- ¿?

- Cerveza, pero de las grandes, no botellines de esos pequeños.

Camarero confuso...momento tenso...
De pronto empieza a sacarnos toda clase de recipiente en el que alguna vez ha vertido cerveza, entre ellos, un armatoste descomunal que nos dejó patidifusos. Al verlo, Tim y yo nos miramos leyéndonos el pensamiento pero finalmente rechazamos la idea y nos inclinamos por 2 jarritas para Tim y para mí y una caña para Spectrum. Por lo visto allí, eso de la cerveza no se pide, o se pide de forma tan ocasional que no tienen nombre para definir una caña, una pinta o un tubo y la gente debe señalar en que recipiente quiere beber. Pero teniendo en cuenta que allí no tienen más que bodegas en todo lo que viene a ser La Rioja, me parece normal que sólo pidan vino, si es que se lo tienen que beber a la fuerza.

Y no hay mucho más que contar, poco tiempo pasamos entre riojanos. La próxima y última parada de nuestro viaje, Zaragoza. Me despido diciendo que con este bar, ha birracentrismo ya sólo le quedan 39 provincias españolas por visitar, más Ceuta y Melilla.

Cafeteria Llorente


Aventura Cántabra - Día 4: Picos de Europa


Por Tim:

Paramos en este pueblo tras bajar de los picos de Europa (que creo que tenían menos nieve que mi nevera) porque me había encaprichado de ver una especie de río que me recordaba al "Simon the Sorcerer" (me suena de que he hablado antes del Simon the Sorcerer en este blog) y en ese mismo río comimos. Nos metimos por medio de un molino hasta descubrir un montón de cacharros viejos pero habían cosas que me daba palo tocarlas por si me daba la corriente. Había una exposición en una iglesia sobre tortura medieval. Desde la otra orilla del río amurallado divisamos un bar cuyos balcones daban directamente a 20 metros sobre el río, y allí decidimos ir a tomarnos la cerveza. Habían dos: El bar Llorente y otro, pero nos metimos en ese por que el otro parecía mas Pub (aunque luego creo que era lo mismo) y nos pedimos unas birras (pero no tenían tercios, nos pusieron cañas) y vimos que los dueños eran argentinos. Al café con leche lo llaman medianos (como si fuesen hobbits).

Os recomiendo que vayáis a este pueblo porque esta todo hecho de piedra, es precioso y esta todo lleno de bares. Es una pena que no tuviéramos tiempo para pasar todo un día allí, pero seria en todo caso una genial idea.

Cafetería Teleférico de Fuente Dé


Aventura Cántabra - Día 4: Picos de Europa


Por Steve:


Estamos un poco cansados de escribir sobre Cantabria, así que lo que nos queda lo pondremos casi de un tirón durante los próximos días.

Para llegar a los Picos de Europa, nuestro último destino cántabro, había casi dos horas de trayecto, y gran parte de ese trayecto transcurría por una carretera serpenteante y estrecha, que se trazaba entre las escarpadas paredes de unas montañas infinitamente altas y un riachuelo. A lo largo del recorrido nos cruzábamos con pueblos que no tenían más de dos casas y veíamos a lo lejos cabras y de más animalejos que jamás se verían en Valencia. Todo maravilloso.
Llegamos hasta Fuente Dé, que es el lugar al que te lleva el GPS si le dices que quieres ir a los Picos de Europa desda Santander. Fuente Dé es un lugar rodeado de montañas nevadas, pero como en aquel momento Cantabria era el único lugar de España que no estaba siendo azotado por una ola de frío, no quedaban más que los restos ya derritiéndose de nevadas anteriores. Había un teleférico que te subía hasta el pico más alto de una de esas montañas, Spectrum se quiso montar pero le dijeron que hacía demasiado viento. Era mentira, de hecho pienso que el teleférico sólo lo han puesto en marcha para las fotos de los folletos turísticos. Aun con eso el lugar era cojonudamente bonito, y en un lugar tan cojonudamente bonito no podía faltar una cafetería. Pedimos 3 tercios (por primera vez nos entendieron al decir 'tercios') que costaron 2€ cada uno y resultaron ser San Miguel 1516. Preferimos tomarlos fuera, en los bancos mojados y tomando el fresco a hacerlo dentro con todo el mogollón de gente, y así, poder llamar tranquilamente a Roman por su cumpleaños.

- Hey, Roman! Estamos celebrando tu cumpleaños en los Picos de Europa con unas San Miguel 1516. ¿Qué te parece?

- Me parece estupendo, yo lo celebro trabajando en un pueblo de mierda en Castellón.

- Vaya...

- Sí...

- Nos tomaremos una a tu salud.

- Gracias, tío.

No nos despedimos de Roman sin prometerle antes que le compraríamos unas Ambar al pasar por Zaragoza. Más tarde, brindamos por él, nos bebimos nuestras cervezuelas y nos fuimos a hacer senderismo un rato. Tim se sintió inspirado por lo maravilloso del paisaje y quiso hacer senderismo al tiempo que tocaba la guitarra, cosa le costó pisar una mierda de vaca y resbalarse con un trozo de hielo. Al volver ya tocaba comerse los bocatas de fiabre y decidimos hacerlo en un bonito pueblo que habíamos visto antes, pero eso nos lo contará Tim en la siguiente entrada. ;)